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Dejándolo todo para viajar al fin del mundo

Combi Arcos del Sitio 1

“¿Tú qué harías si cortáramos?”

Es una pregunta rara de escuchar, sobre todo si viene de tu novia con quien llevas 5 años; novia con la que tienes planes a futuro, con quien has platicado sobre casarse y formar una familia.

“No lo sé, pero probablemente ya no tendría otra novia. No después de probar lo que es tener una pareja con quien realmente hay comunicación y química, no después de probar lo que es realmente el amor. ¿Y tú?”.

(Veníamos en una combi la cual se encargó de llevarnos y de recogernos de los Arcos del Sitio, Tepotzotlán. A pesar de ser un tour, el conductor y nosotros éramos los únicos en ese viaje, lo cual hizo que fuera sencillo que nos perdiéramos en nuestra profunda y privada conversación. )Me quedo pensativa… Siempre tengo universos alternos en los cuales pensar para lanzar preguntas a las personas, pero casi nunca, tengo yo misma, esas respuestas.

Hola, querido lector. Quizás estás acostumbrado a leer este blog desde las palabras de Héctor, quizás es de lo primero que lees aquí en esta bitácora viajera o quizás veniste porque quisiste descubrir cómo es que empezó nuestra aventura a la que por mucho tiempo llamamos “Verano del 2019”. Me presento, soy Danny. La otra mitad de Viajero M, fiel acompañante, compañera de aventuras y ahora, esposa de Héctor.

“Yo si te veo teniendo otro novio, casándote con él y formando una familia”.

“Tal vez… no lo sé…no estoy segura”. Me quedo pensando de nuevo. Formar una familia siempre ha sido un sueño para mí, no el único, pero sí me veo jugando y educando a pequeños seres que tengan rasgos de su papá o míos. Sin embargo, esa no es la respuesta ante la premisa “qué harías si cortáramos”.

“Me iría a viajar. No de vacaciones; a viajar. Simplemente ir avanzando por diferentes lugares, conocer personas, hacer amigos, avanzar con ellos, separarnos cuando se preste, y seguir avanzando”.

Desde “pequeña” he tenido ese sueño guajiro. El de salir un día de casa y caminar, caminar, caminar e ir conociendo lugares y personas, viajar en una troca con gallinas, con algún campesino y su esposa o incluso, viajar con una banda.

Después de contestar a mi propia pregunta, nos quedamos callados y yo me quedé pensando. ¿Por qué tendría que suceder algo tan triste para que me decidiera a hacer algo tan increíble? ¿Eso que implicaba? Que de grande vería hacia atrás y diría que como tuve una pareja estable a quien amaba no me aventé a cumplir ese sueño. Pondría en Héctor una responsabilidad que no le compete y lo señalaría por no haber hecho algo porque él estaba en mi vida. ¡Qué tontería! Si tengo a un hombre increíble a mi lado, ¿por qué no intentar hacer algo increíble con él?

“¿Y si lo hacemos? ¿Y si nos vamos a viajar?”. Solté la pregunta. Pude ver en los ojos de Héctor que le gustó la idea y no pasaron más de 30 segundos para que, como buen hombre de negocios, amante de las finanzas, mercadólogo y fan de los planes bien estructurados comenzara a hablar de buscar patrocinios, hacer presentaciones y llevar a cabo un plan. Pero, esas cosas tardan y, ¿depender de alguien más para realizar un sueño?  No estaba dispuesta. “Podemos intentarlo, pero aún así hay que hacerlo”.

En eso, una chispa se prendió en los dos. Un sueño compartido que se encontraba en lo profundo de nuestro ser comenzó a despertar y a tomar forma. Ya no había vuelta atrás; esa emoción que te invade cuando piensas una locura y en cómo llevarla a cabo se apoderó por completo de nosotros. Tanto, que fue en esa misma combi, en noviembre del 2017 entre risas, seriedad y bromas que le pusimos fecha a este sueño para no dejar que se nos escapara de las manos; para hacerlo real y comenzar a trabajar por él. Así, con casi dos años de anticipación comenzamos a ahorrar, a investigar y a planear Verano del 2019 o, como se llama hoy en día, Viajeros sin Fronteras.